El mundo de la prostitución en Tucumán es movedizo y escandaloso, aparentemente invisible pero lleno de detalles increíbles, como la vaca descubierta en octubre de 2013 en un balcón del pasaje Sargento Gómez, frente a la ex terminal. Esta vivienda está precisamente a la par del “Night club” del ex policía Hugo “El Gato” Díaz, allanado el 28 de marzo en un operativo contra la trata de personas. La foto de la vaca en el balcón dio la vuelta al mundo hace un año y medio. Lo que no se dijo entonces es que detrás de esa rara mascota se explotaba sexualmente a mujeres. En el allanamiento de marzo se rescató a cinco chicas, y las actividades de la gente del “Night club” se desarrollaban desde hace 15 o 20 años, gracias a la complicidad policial y municipal, según dijo Agustín Aráoz, uno de los asesores letrados de la Fundación María de los Ángeles, que acompaña a la Justicia Federal en el caso. De hecho, “El Gato” Díaz ha operado en ese lugar sin problemas a pesar de los escándalos que lo visualizaron cada tanto, como la muerte de Héctor “Pichi” Aráoz en el interior del local en 2003. Hace 12 años estuvieron detenidos “El Gato” y su mujer, “Mary” Peñaflor, y ahora ha sido apresado también su hijo, “El Bicho” Díaz, acusado de captar chicas para explotación sexual.
Otro abogado de la Fundación María de los Ángeles, Carlos Garmendia, opina que esto muestra cómo cambia el paradigma de la prostitución: está detenida María de las Mercedes Medina, dueña del hotel “California” (de José Colombres al 600), quien era, además, según relata Garmendia, dueña de la vaca en el balcón; y hay causas contra Luis “Pelado” Gambandé, dueño de “JC” de José Colombres 409, donde, según la investigación que ha llevado adelante el juez federal Fernando Poviña, funcionaba un prostíbulo. Además, ya hubo en Tucumán una condena por trata. Ana Alicia Taviansky recibió en 2014 una pena de cinco años de prisión. En la Justicia federal se investigan 60 causas por explotación sexual o laboral, explica Valentina García Salemi, de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
El cambio de paradigma está dado en que ya no hay (casi) prostíbulos en la capital tucumana. En 2009 la Fundación Verón denunció la existencia de 12 locales y merced a sus presiones se logró poner en la mesa las contradicciones (la Municipalidad y el IPLA autorizaban los prostíbulos como bares y la Policía los dejaba trabajar) y desde entonces se sancionó una ley en Tucumán (la de Prostíbulos Cero) y se avanzó a nivel nacional en el marco legal contra la trata de personas, así como en la creación de oficinas como la Protex y la de monitoreo de publicacionesl, que revisa desde los anuncios de oferta sexual en diarios hasta los papelitos con ofertas de prostitutas que se pegan en las paredes de la porteña avenida Córdoba.
Pero las chicas se han mudado a las calles y a departamentos y siguen estando en riesgo. Garmendia dice que la mayoría sigue dependiendo de proxenetas y además es difìcil ayudarlas, aunque a muchas rescatadas se las inserta en programas de capacitación como “Ellas hacen”, de Desarrollo Social de la Nación.
De vez en cuando saltan cuestiones tan llamativas como la vaca. Los travestis que actúan en el parque y en las calles San Lorenzo y Crisóstomo eran coimeados por policías de Leyes Especiales y eso se descubrió por el Observatorio contra la Discriminación. Garmendia cuenta que iba un policía, elegía a una travesti, le decía “hoy te toca a vos”, y la víctima tenía que presentarse sola en la Brigada y quedar detenida, además de pagar el semanal. Así se mantenía el sistema. El abogado dice que, tras la presión contra los policías, ya no coimean más a travestis ni a prostitutas.
Pero hay que corroborar esto. No se sabe cuántas personas trabajan en este negocio oscuro, y no se monitorea lo que ocurre en el interior de la provincia. Hasta es difícil saber qué ocurre a la vuelta de la esquina. En 2013 el programa de Jorge Lanata reveló que en España 815 funcionaba “Dreams”, un lugar de alterne (donde se levantan chicas). Meses antes lo había denunciado en el Congreso el diputado Juan Casañas, quien involucró como dueño a un ex policía, Carlos Torres. Tras la denuncia por TV, hubo allanamiento pero el local estaba limpio. Había pocos elementos de prueba, nada que encuadre en trata de personas. La causa quedó archivada en la Justicia Federal. García Salemi cree que pasó a la Justicia provincial.
El abogado de la Fundación elogia a algunos fiscales que -dice- están comprometidos en la lucha (Navarro Dávila, Giannoni, López Ávila, Reinoso Cuello) y en cambio fustiga a Guillermo Herrera porque dice que, tras el primer allanamiento de 2009, “hizo dormir el sueño de los justos la investigación”.
Es que falta una política clara sobre el tema. La Fundación María de los Ángeles está creciendo con apoyo estatal. Ya tiene sede en Capital Federal y en Córdoba, trabaja con el gobierno de Salta y le han pedido asesoramiento Jujuy, Santa Fe, Rosario, Mendoza, La Rioja. Pero las instituciones no han mejorado y actúan según la presión de la Fundación de Trimarco, que es privada. Por ahí saltan otras “vacas”, como los escándalos del intendente de El Bordo (Salta), en enero, y del jefe comunal de Salvador Mazza, detenido en un cabaret en 2013. Y en Tucumán tenemos el antecedente de dos jefes policiales (de la División Trata y de la seccional 2°) acusados por coimas a prostitutas.
Es decir, la Fundación Verón, Cristina, la gente de Protex (muy vinculada a la Cámpora) tienen claro su paradigma sobre la trata y dicen que hace falta la concientización social. Pero la sociedad no lo ha debatido. El tema prostitución es complejo y no hay lugar (ni siquiera la Rusia stalinista) donde haya sido erradicado, así como hay ciudades, como Amsterdam, donde está visibilizado y en el que las prostitutas tienen aportes jubilatorios y obra social. Faltaría que los que gobiernan debatan hacia dónde se quiere ir. ¿Hacer desaparecer la prostitución? ¿Encarar el tema con una política de reducción del daño? “El progreso social se puede medir con precisión por la posición que ocupa la mujer en determinada sociedad”, dijo Marx. Nosotros aún no sabemos dónde estamos. Nos saltan los gatos y los bichos y hasta aparecen vacas en balcones.